Es de los temas recurrentes, pero normalmente muy mal enfocados. Como profesor de gimnasia tengo una opinión que comparto con muchos compañeros y con otros profesionales del mundo del deporte como entrenadores y monitores.
Ya en este artículo El sobrepeso en niños se hacía referencia al problema desde el punto de vista, no de la dieta, si no de que los niños no hacen nada de ejercicio. Por supuesto la dieta y la alimentación ayudan en algunos de los dos sentidos, pero al final lo que cuenta es la proporción entre las energías consumidas y las gastadas.
El camino más fácil es ver el problema en la ingesta y no en el consumo. Para un padre es más fácil quitar las patas fritas a su hijo o hija que llevarle todas las tardes a realizar algún deporte.
Para las instituciones públicas pasa lo mismo. Es más fácil para los políticos decir que los niños están mal alimentados por culpa de los padres y de la industria alimenticia que reconocer que tanto la educación física en los colegios como las distintos estamentos que se dedican al fomento del deporte no funcionan.
No funcionan las piscinas públicas, no funcionan la educación física en los colegios y los padres no están por la labor de cuidar la salud de sus hijos.
Como comenta Javier Solas en su artículo en todonatacion.com, los padres y las madres prefieren un niño que aprenda ingles, alemán, piano, hípica a que este en forma, musculado y flexible. Pero si al adulto le preguntamos que prefiere la salud es siempre la respuesta principal.
Aquí podéis ver también un artículo del periódico el país que hace referencia a este tema.
El tema tratado por elpais.es
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